Reseña del libro Tres Veces Adiós (Carlos Franken).
Nunca es fácil decir adiós; esa es la primicia que lanza esta novela. Y sí, claro que no lo es, los seres humanos enraizamos en lugares, nos apegamos a las cosas materiales y por supuesto nos enamoramos. En ocasiones llamamos “amor” a algo que simplemente no lo es, sería más correcto reconocerlo como un apego emocional mal sano, como codependencia. Al depositar nuestra seguridad emocional en alguien más, firmamos esa sentencia.
Leonardo corre el riesgo de perderse entre las vertientes oscuras que recorre por su forma de “amar”; le es complicado percatarse de que se encuentra recorriéndolas, una mirada al espejo o quizá el reflejo de alguien más en esa situación pueda comunicarle donde está parado.
¿Y si nunca se entera?, ¿qué pasa si quiere aferrarse a un amor que se está hundiendo?, ¿se hundiría con él?, ¿en qué punto su forma de amar podría llevarlo a la ruina moral y personal? Estas son las cuestiones que vertebran en “Tres veces adiós”, una novela que da saltos por el tiempo y el espacio, relatando su vida, detallándonos la complejidad de sus relaciones interpersonales, cómo es que se comporta en los diferentes roles que ocupa, como pareja, amigo, hijo, hermano…
El primer capítulo se centra en un futuro no muy lejano, que deja entre ver la obsesión que aún habita en la mente de Leonardo. Su amiga Zarina la está pasando mal con su prometido, los detalles que le comparte le hacen recordar las ilusiones muertas que aún se albergan en su ser, por un amor que no llego a la perpetuidad. Todo aquello lo hace pensar en Daniel, su antes y su después.
Lo que se podría entender como el inicio cronológico de la historia se narra en el segundo capítulo. Leonardo acude a una terapia poco convencional con la intención de encontrar respuestas, esto después de terminar una relación larga con su primer amor de la adolescencia, Paula. La terapeuta Patricia, es una mujer que tiene un don, habla con los «maestros», quienes le dicen a Leonardo cosas que lo sorprenden. Leonardo tiene un secreto que lo carcome por dentro, su amor ya no se puede encasillar en géneros.
Al parecer Leonardo es un narcisista y como tal, le es difícil reconocerlo, es cierto que es un hombre común de destellos extraordinarios; puede fundirse con la oscuridad de una noche fría, pero también puede brillar con el más radiante sol. Su ser está compuesto por una amplia gama de colores, es lo que dicen sus pasiones, sus deseos y sus tristezas.
Él cree en el amor, no teme apostarlo todo porque tiene la convicción de que saldrá victorioso, en su cabeza no cabe un cuestionamiento tal como: ¿Y si el amor no es suficiente?, él confía en que un poder abrazador estará de su lado, siempre y cuando ame.
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Tres Veces Adiós por Carlos Franken
La novela posee un trasfondo psicológico que hace que nos cuestionemos sobre lo que damos, lo que exigimos, lo que estamos dispuestos a compartir y «soportar» cuando estamos en una relación. La historia ahonda (brevemente en algunos casos y más complejamente en otros) en temas como las relaciones materno-filiales, la amistad, la hermandad, el amor, la confianza, la autoestima, los remordimientos y la soledad. Se narran historias dentro de historias que tienen como tema central el apego emocional que se convierte en obsesión.
Un conjunto de fantasías, ilusiones y altas expectativas nos narran un amor… y dos y tres; la temporalidad no tiene impacto sobre ellos, es la colección de vivencias plenas lo que abrirá el corazón de Leonardo.
“Tres veces adiós” nos habla de los días soleados, así como de las tormentas, de las pasiones desbordadas, de los deseos perversos; del amor puro y sincero, pero también de aquel amor deshonesto, manchado por el desengaño y cargado de hastío… del apego emocional ya envenenado con traición y culpa.
The English version Like the Star That Has Died is out now.
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